La variedad de climas, suelos y pastos del territorio peruano permitieron que se desarrolle una raza distinta, un caballo resistente, bello y arrogante, y con un desplazamiento singular.
El Caballo de Paso posee la peculiaridad de caminar en cuatro tiempos, a diferencia de los caballos que practican el trote y la ambladura. El animal primero apoya la pata en la tierra y luego la mano (pata delantera) de un lado, para luego hacer lo mismo con la pata y mano del lado opuesto. Esta mecánica le permite al chalán (jinete) montar cómodamente, sobre todo en un terreno tan difícil como el de Perú. Además, el Caballo de Paso realiza dos adornos: el término, que consiste en sacar las manos hacia afuera cuando camina; y la agudeza, en la cual levanta las manos más de lo necesario.
Así como octubre es el mes de los toros, abril es el mes del Caballo Peruano de Paso. Desde 1945 se celebran todos los años concursos en los cuales participan ejemplares de todo el país. Dos años después un grupo de criadores deciden conformar una agrupación que se hiciera cargo del cuidado y fomento de la raza. Para ello firman un acta de fundación de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos de Paso.